lunes, 28 de enero de 2013

La voz: el instrumento más maravilloso

Coral Ahots-Argiak en una actuación
He empezado a ensayar en la Coral Ahots-Argiak. Son un grupo de gente estupenda a quienes les une, entre otras cosas, su pasión por la música.

Siempre me ha gustado la música coral. Desde muy pequeña acompañaba a mi madre los viernes a sus ensayos en el coro de la parroquia. También iba con ella a los conciertos corales que se organizaban en Vitoria con motivo de la semana coral de Álava, etc...

Y siempre me había preguntado qué sentirían las personas que cantan al escuchar a otra veintena o treintena de voces cantar a su alrededor. Qué se sentiría estando  en medio de tantas voces cantando May it Be (de Enya) o Xalbadorren Heriotzean (de Xabier Lete). Bueno, pues esa sensación es maravillosa. Aún la he experimentado solo en los ensayos. Pero es como si un montón de voces te masajearan en armonía colándose por cada poro de la piel. La sensación tras los ensayos es de relax total. Lo malo, tener que volver a casa en invierno con el frío y la lluvia. Pero merece la pena, sin duda.

He descubierto también que las corales están profesionalizándose muchísimo en cuanto a técnicas de canto, uso de las TIC para promocionarse, etc. Lo cual es una agradable sorpresa. Aunque cantemos obras anónimas, medievales o del Renacimiento, las corales están innovando para que se conozca su trabajo, dedicación y esfuerzo que de forma voluntaria realizan millones de personas en todo el mundo.

Un proyecto innovador que utiliza Internet y la música coral es Virtual Choir, un proyecto de Eric Whitacre sobre el que ya he hablado en mi blog. ¡Quién me iba a decir a mí que unos meses después de escribir este post yo iba a desempolvar mis conocimientos de solfeo para leer partituras de la Coral Ahots-Argiak

Está claro que no hay ningún instrumento de materia (in)orgánica que pueda superar a las voces de personas que, guiadas por su directora, hacen de los sonidos una melodía que emociona y genera sensaciones de alegría, tristeza, ternura, placer... 

Espero aprender y disfrutar mucho con esta gente. Aún no me sé todos sus nombres, pero sí sé que todas las voces suman y hacen que el resultado final sea fantástico. Espero no desafinar ni comerme ningún silencio y aprender a ahuecar la voz y todas esas cosas que aún me suenan complicadas.

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