miércoles, 9 de noviembre de 2005

Hoy he asistido a una interesante charla de Carmelo Garitaonandia (Catedrático de la UPV-EHU), sobre Medios de Comunicación, infancia y juventud en el marco de un ciclo de actividades programadas por Kulturmedia del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. El profesor Garitaonandia ha insistido en que lo que debe preocupar o centrar la atención de padres, tutores e instituciones para crear una Internet más segura, no son los terminales (televisión, móvil, pc) la eterna preocupación de la gente del sector TIC, sino los contenidos (por lo que nadie se preocupa).

A nivel de España país donde la “autorregulación” no suele funcionar muy bien, las televisiones han optado por diseñar un Código de Autorregulación sobre contenidos televisivos que establece unos horarios de protección especial para que la programación no cause daño físico y moral a la infancia y juventud. Sin embargo, la programación más vista y preferida por niños y jóvenes está fuera de estos horarios de protección y por el momento las empresas de contenidos incumplen sistemáticamente la normativa porque no existe ningún Consejo Audiovisual que vele por el cumplimiento de las normas y sancione a quien las incumple.

Sobre móviles no existe regulación (ni interesa) y es más, las empresas del sector apuestan claramente por desarrollar contenidos (politonos, juegos, etc.) para un sector clave y consumista: infancia y juventud (que gastan más en móvil en un mes que en libros o chucherías todo el año).

Y sobre Internet, el profesor Garitaonandia participa en un proyecto a nivel comunitario para crear una Internet más segura (Safer Internet) y ha presentado resultados muy interesantes de estudios que ha realizado con otros expertos para la Comisión Europea sobre usos de los medios de comunicación por la infancia y la juventud. En general, la televisión sigue siendo la estrella, pero los niños pasan menos tiempo (2,4 horas diarias) que los mayores (casi 5) enchufados a la “caja tonta”. Y ha destacado que en España, a diferencia de otros países comunitarios, los padres apenas ponen reglas a la hora de utilizar Internet porque se parte de la definición de que el ordenador es algo positivo (campañas como las de Telefónica y el ADSL se han encargado de vender esta idea de mejora del rendimiento académico). Y mi intuición me lleva a pensar que la gente más preocupada por el uso de Internet de sus hijos son los más internautas y los que tienen los móviles más desfasados.

Entre sus recomendaciones: que la red, como cualquier otra actividad que realicen niños y jóvenes esté acompañada/guiada por los padres y tutores. Que los padres no se desentiendan de los niños enchufándoles al ordenador porque aprenderán por ciencia infusa, sino que estén a su lado y medien en el uso que sus hijos realizan de la televisión, Internet o el móvil. Mi propuesta, es que además animen a sus hijos a ser creativos, a crear sus propios juegos, música, vídeos y a compartirlos con sus amigos. Ese es el valor de Internet, que somos potenciales creadores de contenidos y podemos compartirlos con el ciberespacio.

Y ha señalado que los usuarios de Internet son más sociables que los que no lo utilizan, según el World Internet Project de la Universidad de California y según mi propia experiencia: mis amigas y amigos cuando descubren en Internet un montón de posibilidades, comienzan a “enredarse” y a conocer un montón de personas que cambian sus vidas (casi siempre para mejor :-)

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